Día Mundial del Alzheimer
El 21 de septiembre a nivel mundial se conmemora el Dia del Alzheimer, este busca la concientización sobre esta enfermedad, que, debido a el envejecimiento demográfico, aqueja a un numero cada vez mayor de personas.
Es la causa más común de demencia, según la OMS calcula que entre el 60 y 70 por ciento de los casos corresponde a este mal, en el que los factores de riesgo son la obesidad, hipertensión, diabetes mal controlada, tabaquismo. Vida sedentaria y tener algún familiar que haya padecido la enfermedad.
¿Qué es el Alzheimer?
Es una enfermedad de tipo neurodegenerativo, que va encaminada hacia la demencia caracterizada por el deterioro de la memoria y es irreversible.
Esta comienza al menos diez años antes de la aparición de los primeros síntomas y aun se desconoce con exactitud cual es el factor principal que la provoca.
México y el Alzheimer
Según la Alzheimer’s Disease International (ADI), calculo que en el 2015 en México había unas 800 mil personas con demencia y el 64% de estas eran mujeres, se estima que para el 2030 el número aumente a más de 1.5 millones.
¿Hay manera de prevenir la enfermedad?
A pesar de no existir un tratamiento para esta enfermedad el diagnostico pronto es un punto de partida imprescindible para no solo la detección de casos, sino, sobre todo para poder poner en marcha el tratamiento adecuado y poder ayudar a la familia a entender esta enfermedad.
Según Antonio Parralo (CNA) el diagnóstico clínico es fundamental y debe siempre estar basado en «los síntomas referidos tanto por el paciente como por su familia y por la exploración cognitiva que se hace en estos afectados a través de una serie de "test de memoria" para la evaluación neuropsicológica».
Los 10 Signos
La Asociación Mundial de Alzheimer plantea las siguientes señales de advertencia de la enfermedad:
- Cambios de memoria que dificultan la vida cotidiana.
- Dificultad para planificar o resolver problemas.
- Dificultad para desempeñar tareas habituales en casa, en el trabajo o en su tiempo libre.
- Desorientación de tiempo o lugar
- Dificultad para comprender imágenes visuales y cómo objetos se relacionan uno al otro en el ambiente.
- Nuevos problemas con el uso de palabras en el habla o lo escrito.
- Colocación de objetos fuera de lugar y la falta de habilidad para retrasar sus pasos.
- Disminución o falta del buen juicio.
- Pérdida de iniciativa para tomar parte en el trabajo o en las actividades sociales.
- Cambios en el humor o la personalidad.
Etapas
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud y a la Asociación Internacional de la Enfermedad de Alzheimer (2013), el Alzheimer tiene tres etapas:
ETAPA TEMPRANA:
La etapa temprana tiende a ser ignorada y tomada como un componente normal del proceso de envejecimiento. Ya que el inicio de la enfermedad es gradual, es difícil saber con exactitud cuando comienza.
- Se torna olvidadizo, especialmente con cosas que acaban de suceder.
- Puede tener dificultad en su comunicación, tal como para encontrar las palabras adecuadas.
- Se pierde en lugares que le son conocidos.
- Pierde la noción del tiempo, incluyendo hora del día, mes, año, estaciones.
- Puede tener dificultad en la toma de decisiones y el manejo de sus finanzas.
- Puede tener dificultad para realizar tareas complejas en el hogar.
Ánimo y comportamiento:
Puede tornarse menos activo o perder el interés en sus actividades y pasatiempos. Puede mostrar cambios en el estado de ánimo, incluyendo depresión y ansiedad. Puede reaccionar de una manera furiosa o agresiva.
ETAPA MEDIA:
A medida que la enfermedad avanza, los problemas se vuelven más obvios y limitantes.
- Se torna muy olvidadizo, especialmente sobre eventos recientes y nombres de personas.
- Puede tener dificultad para comprender el tiempo, fechas, lugares y eventos; podría perderse tanto en el hogar como en la comunidad.
- Puede aumentar su dificultad de comunicación (en el habla y la comprensión).
- Puede necesitar ayuda con el cuidado personal (aseo, bañarse y vestirse).
- No puede preparar la comida con éxito, ni limpiar o ir de compras.
- Es incapaz de vivir solo de manera segura, sin un apoyo considerable.
- Los cambios en el comportamiento pueden incluir: deambular, gritar, aferrarse, perturbaciones del sueño, alucinaciones (escuchar o ver cosas que no están ahí́).
- Puede demostrar un comportamiento inapropiado en el hogar o la comunidad (por ejemplo: desinhibición o agresión).
ETAPA FINAL:
La fase final es de casi total dependencia e inactividad. Las alteraciones de la memoria son más serias y el lado físico de la enfermedad se torna más obvio.
- Usualmente no está́ al tanto de la fecha o el lugar donde se encuentra.
- Tiene dificultad para comprender lo que sucede a su alrededor.
- No reconoce a familiares, amigos u objetos conocidos.
- Tiene dificultad para comer sin ayuda, podría tener dificultad para tragar.
- Tiene una necesidad cada vez mayor de recibir asistencia para el autocuidado (por ejemplo: aseo personal y bañarse).
- Puede sufrir de incontinencia renal e intestinal.
- Puede no ser capaz de caminar o estar confinado a una silla de ruedas o cama.
- Se pueden intensificar los cambios de comportamiento e incluir agresión hacia su cuidador(a), agitación no verbal (patear, golpear, gritar o gemir).
- Puede perderse dentro del hogar.
Impacto en cuidadores
En su etapa más avanzada el enfermo requiere de un cuidado continuo para evitar que ocurra cualquier situación desafortunada.
“En las etapas más avanzadas de la enfermedad los pacientes tienden a repetir la misma conversación varias veces en un mismo día. Pueden extraviar objetos porque los colocan en lugares inusuales, olvidar el nombre de sus familiares o perderse en lugares conocidos”, aseguró la especialista en medicina interna y también miembro del American College of Physicians.
Paradójicamente, la enfermedad es más dura para las personas encargadas del enfermo, que para el enfermo mismo, que por su condición, ignora su padecimiento.
“Los cuidadores de enfermos de Alzheimer también llegan a presentar trastornos relacionados con su rol de cuidador, ya que están sujetos a una gran responsabilidad y a una presión muy grande que recae, regularmente, únicamente en un solo individuo. Usualmente son los familiares, mujeres, quienes se hacen cargo de esta tarea y pueden llegar experimentar padecimientos físicos y psicológicos como trastornos del sueño, depresión y malestar general”. indicó José Manuel Hernández Arias, médico especialista en psiquiatría y Gerente Médico de Psiquiatría y Sistema Nervioso Central (SNC) de Grupo PiSA.
Lo que ocurre en estos casos es que el cuidador familiar del enfermo se entrega tanto al cuidado del otro que llega a olvidarse de si mismo.
Aunado a esto se olvida de proyectos personales, tiempo de esparcimiento e incluso intereses personales, esto lleva a sentimientos de culpa en el momento que se tiene tiempo libre en lugar de estar atendiendo al enfermo.
Algunos factores para mantenerse lo mas alejado de este padecimiento es llevar una vida saludable, dieta balanceada, realizar actividad física y mantener el cerebro ejercitado a través de ejercicios de memoria como crucigramas, sopas de letras , otra buena opción es aprender nuevos idiomas o leer con frecuencia.